

ECOSISTEMA: CUENCA HIDROGRÁFICA RÍO HACHA
El río Hacha nace aproximadamente a 2.400 m.s.n.m, en el cerro Gabinete en área de la Reserva Forestal de la Amazonía en límites con el Departamento del Huila. Tiene una longitud de 64.501 metros y durante su recorrido por la cuenca lleva una dirección noroeste – sureste hasta tributar sus aguas en el río Orteguaza a una altura aproximada de 240 m.s.n.m. La mayor parte de su curso atraviesa el sector montañoso de la cordillera Oriental hasta la ciudad de Florencia, formando un valle en forma de “V” por donde se desplaza a alta velocidad y en algunos tramos casi en línea recta, convirtiéndose en un río de tipo erosional y de alta amenaza para los barrios ubicados en sus riberas.
A partir de Florencia cuando entra a la altiplanicie amazónica, disminuye su velocidad formando un valle aluvial muy plano hasta su desembocadura en el río Orteguaza; el río en este tramo es de tipo meándrico y se caracteriza por la presencia de cauces abandonados (paleocauses) o madre viejas que han constituido una serie de lagunas o humedales con importantes funciones ecológicas, económicas y sociales, especialmente las que cumplen como amortiguadores de crecidas en el sur de la ciudad de Florencia, pero que desafortunadamente están siendo amenazados por la fuerte intervención antrópica a que están sometidos.
La ciudad de Florencia, cabecera municipal del departamento de Caquetá, está localizada al oeste del mismo a una altura sobre el nivel del mar de 242 m. Se ubica geográficamente a 01º 37' 03" de latitud norte y 75º 37' 03" de longitud oeste sobre la vertiente oriental de la cordillera oriental colombiana, en la zona de piedemonte llanero. El río Hacha surca a Florencia por el noroccidente, occidente y sur, convirtiéndose en una barrera natural para su expansión urbana. Junto con la quebrada La Perdiz son sistemas ambientales estructurantes del espacio urbano, los cuales han formado parte activa del proceso de desarrollo de la ciudad, pero como se les ha catalogado más como problema, que como un potencial para la estructuración de un espacio público amplio conformando corredores ambientales que den armonía y belleza a la ciudad.
En términos generales, el contexto biofísico del área de la cuenca del Río Hacha es el siguiente: precipitación media anual de 3.500 mm; temperatura promedio 27ºC; humedad relativa del 85%; evaporación promedio multianual de 1.262 mm; Brillo Solar promedio anual de 1.560 horas. Suelos ácidos, pobres en fertilidad y toxicidad de aluminio. (POT 2.005).
Como aspectos culturales dentro del área de la cuenca hidrográfica, las comunidades rurales se encuentran agrupadas en veredas. Estas a su vez están organizadas y constituidas legalmente como Juntas de Acción Comunal con personería jurídica y representación legal ante el Gobierno Local. Alberga el 85.52% de la población rural, la cual es de 5.894 habitantes. El tipo de productor es campesino con producción y extracción de recursos forestales de pequeña escala.
Los conflictos más importantes en ésta área son: Agotamiento de los recursos naturales por deforestación, quemas, contaminación de cuerpos hídricos y ganadería extensiva, Pobreza y desigualdad, Servicios básicos deficientes (salud, educación, vivienda, alcantarillado, etc.), Poca presencia de organizaciones estatales, Cultivos ilícitos, Migración a áreas urbanas y Abandono de actividades agrícolas.
La cuenca del río Hacha ha venido siendo objeto de procesos de intervención antrópica desde hace un poco más de cien años, pues los primeros asentamientos se registraron a finales del siglo XIX, antes de la fundación de la ciudad de Florencia en el año de 1902. Durante todo el siglo XX, los ecosistemas iniciales de selvas húmedas amazónicas que existían en esta área fueron dando paso a sistemas agropecuarios, donde la ganadería extensiva se constituyó en el sistema de producción predominante bajo un modelo insostenible de ocupación y uso de los recursos naturales.
A partir de la construcción de la carretera Florencia – Altamira en 1932, con motivo del conflicto colombo-peruano y la agudización de la violencia en el interior del país a mediados del siglo pasado (siglo XX), la presión sobre los recursos de la cuenca se aceleró ostensiblemente debido a la intensificación del proceso de colonización del Caquetá, aumentando la tasa de deforestación de los bosques localizados en la parte baja y media de la cuenca. En los últimos años, la parte alta también viene siendo objeto de ocupación, no obstante hace parte de la Reserva Forestal de la Amazonia, a partir de la cota mil, mediante declaración hecha por la ley 2ª de 1959.
Con el crecimiento acelerado e incontrolado de la ciudad de Florencia, la demanda de agua para el consumo humano y otras actividades urbanas aumentó en forma considerable, encontrándose en las diferentes corrientes hídricas de la cuenca del Hacha las fuentes de abastecimiento de este vital recurso.
Actualmente, los severos impactos ambientales producidos por procesos de ocupación y deforestación masiva de vastas áreas localizadas en paisajes de montaña (flanco oriental de la cordillera Oriental) viene ocasionando la desestabilización de suelos y de sistemas ecológicos estratégicos que han perdido en gran parte su capacidad de autorregulación, lo que está generando efectos y consecuencias graves que ponen en peligro a la población, sus actividades y la infraestructura instalada en las partes bajas de la cuenca, principalmente de la ciudad de Florencia.
Entre las principales amenazas periódicas y progresivas que padece la ciudad por la desestabilización de los procesos ecológicos se encuentran las avalanchas e inundaciones, y la disminución del recurso hídrico.
La problemática de las inundaciones y deslizamientos en el municipio de Florencia obedece a las variaciones en los regímenes de lluvias y el manejo inadecuado de los suelos de las microcuencas, ya que por su ubicación en la zona de piedemonte (cordillera oriental), poseen características morfológicas y geológicas particulares que las hacen susceptibles a su degradación, más aún cuando la intervención del hombre sobre las mismas no es debidamente orientada a su conservación o uso sostenible.
De otra parte, los efectos generados por la deforestación, el inadecuado uso del suelo y la ubicación de asentamientos humanos en zonas de cordillera (incentivados por la apertura de la nueva carretera Florencia – Suaza) cubren un amplio espectro de problemas ambientales que disminuyen las posibilidades de desarrollo sostenible de la cuenca. Esta problemática está relacionada con la fragmentación de ecosistemas de alta importancia ambiental, la pérdida de biodiversidad, la disminución y contaminación de fuentes de agua, la alteración de cadenas tróficas, la degradación y pérdida de suelos y en general, de toda la base natural de sustentación, produciendo consecuentemente la pérdida de recursos naturales y ambientales de alta importancia social, ambiental, cultural y económica.
Es claro que el futuro de la población de la cuenca y especialmente la de la ciudad de Florencia, en gran medida, está amenazado de no modificarse las tendencias actuales de uso y manejo de los recursos naturales, particularmente de los bosques de protección.
La cuenca del río Hacha constituye un sistema estratégico para la ciudad de Florencia porque de ella depende en su totalidad el abastecimiento de agua para el consumo humano y para todas las actividades productivas, brinda numerosos espacios y escenarios de recreación, turismo y esparcimiento, provee al mercado local de variados productos agropecuarios y materias primas y, controla el ciclo hidrológico a través de los bosques de niebla.
Todos estos servicios y bienes ambientales están siendo amenazados por la intervención humana no planificada sobre los ecosistemas que sustentan y autorregulan los procesos ecológicos de esta área que ocupa aproximadamente el 20% (45.940 ha) del municipio de Florencia.
En el área rural, las familias se caracterizan por tener una vocación agropecuaria de bajo desarrollo tecnológico orientada principalmente al autoconsumo y venta de algunos excedentes. Estas actividades no incluyen de manera sistemática y masiva prácticas conservacionistas de los recursos naturales lo que ha venido contribuyendo a incrementar los factores de riesgo relacionados con las inundaciones y los deslizamientos.
La perturbación de los procesos ecológicos de la cuenca se viene manifestando con mayor intensidad a través de una serie de amenazas naturales, especialmente de tipo hidroclimático, como avalanchas e inundaciones que afectan las partes bajas de la ciudad de Florencia donde se ubica una gran cantidad de barrios que albergan aproximadamente la tercera parte de su población.
Estos fenómenos naturales que ponen en riesgo innumerables vidas humanas y animales, infraestructuras y actividades de los habitantes urbanos y rurales, se vienen presentando en forma recurrente desde 1962, año en que ocurrió una de las inundaciones más grandes causadas por una avalancha torrencial del río Hacha afectando al barrio La Vega, única área poblada del plano de inundación del río en esa época. Posteriormente, con la urbanización de las llanuras de inundación del río Hacha y las quebradas La Perdiz y La Sardina, se han aumentado considerablemente las zonas amenazadas por este fenómeno que se viene presentando cada vez que las precipitaciones sobrepasan la capacidad de absorción del suelo y la capacidad de carga de estas corrientes.
En estos últimos años, los períodos de retorno se han acortado notablemente, generando avalanchas e inundaciones torrenciales en forma recurrente. El 4 de octubre de 1999 se presentó una de las más grandes inundaciones en Florencia, la cual afectó aproximadamente 25 barrios, dejando a 3.070 familias damnificadas que representan unos 12.600 habitantes de la ciudad y pérdidas económicas avaluadas en 2.500 millones de pesos.
Así mismo, el 24 de mayo de 2003 se presentó una nueva inundación en la que se vieron afectados 10 barrios, alcanzando una cifra aproximada de 1.500 personas damnificadas, pero los efectos más desastrosos se produjeron en la infraestructura vial y en las redes del acueducto cuyos servicios fueron suspendidos por más de diez días en algunos barrios de la ciudad.
Dos meses después, el 14 de julio de ese mismo año, sucedió un nuevo evento hidroclimático del que se reportaron 1.030 familias damnificadas para un total de 5.200 personas afectadas. Se estima que las pérdidas económicas superaron los 1.500 millones de pesos.
Se ha determinado que las causas que han ocasionado las inundaciones y deslizamientos son:
La intervención antrópica con la tala y quema de bosque primario y secundario para el establecimiento de sistemas ganaderos extensivos y agricultura tradicional. Esta es una de las causas principales de la inestabilidad de las laderas de las cuencas, que genera progresivamente problemas de sedimentación debido a que los materiales arrastrados por las corrientes de agua desde las partes altas, se depositan de forma natural en los cambios de pendiente disminuyendo la capacidad hidráulica de las corrientes y afectando en cada creciente un área mayor.
El uso inadecuado del suelo, por el establecimiento de sistemas productivos en suelos con pendientes mayores a 45 grados, y que según el Plan de Ordenamiento Territorial, se encuentran en la categoría de suelos de Áreas de Aptitud Ambiental, áreas de Alta Importancia Ambiental y zonas de Alta Fragilidad Ambiental.
Baja cultura ciudadana, en el manejo de los residuos sólidos, los cuales son arrojados a las fuentes hídricas, incidiendo en la contaminación y sedimentación de los cauces.
Durante años, el río Hacha ha generado inundaciones importantes; en su recorrido por el municipio recoge las aguas de importantes tributarios tales como el río Caraño y las quebradas La Magola, La Ruidosa, Tarqui, Sucre, Santa Elena, El Paraíso, Palmichal, La Perdiz, Las Doradas, Travesías, La Carbona, El Dedo y La Yuca. El río Hacha bordea a Florencia por su costado occidental-sur, y atraviesa la ciudad en dirección norte y sur, con su afluente la quebrada La Perdiz, y en dirección oriente-occidente con la quebrada La Sardina.
Esta cuenca ha sido altamente intervenida para el establecimiento de sistemas productivos ganadero extensivos y cultivos limpios lo cual ha debilitado la cobertura vegetal y por ende la capacidad de retención de agua, convirtiéndola en un estado de alta vulnerabilidad.
Sumada a la situación de inundaciones y deslizamientos, en el departamento del Caquetá ha habido una fuerte presencia de grupos armados, que ha dejado como resultado el desplazamiento de más de 40.000 personas llegadas a la ciudad de Florencia buscando refugio. De acuerdo con los registros, el municipio de Florencia en los últimos 7 años ha recibido 61.864 personas desplazadas por el conflicto (fuente Acción Social), las cuales en su mayoría se han asentado en las riberas de los ríos y quebradas que se desbordaron por las fuertes lluvias. Según cálculos de las autoridades locales por lo menos entre el 33 y el 60% de la población afectada por las inundaciones corresponde a población desplazada por el conflicto. Acción Social reporta 16.295 nuevos desplazamientos en Caquetá entre los años 2008 y 2010.
La recepción de personas en condición de desplazamiento en Florencia incide sobre el crecimiento de la ciudad por el surgimiento de asentamientos subnormales en áreas amenazadas por inundación y deslizamiento, zonas deshabitadas, que han sido descartadas por sus terrenos inundables, rondas de río y quebradas y otras amenazas. Sin alternativas de ubicación de quienes llegan en condición de desplazamiento ni sistemas de control en las zonas de riesgo.
El desplazamiento forzado se suma al desplazamiento por eventos naturales con consecuencias humanitarias, diferentes causas, iguales consecuencias y una atención insuficiente con un casi ausente enfoque de derecho, de una respuesta inmediatista, por la falta de herramientas políticas y recursos de las instituciones locales y regionales que termina por incrementar paulatinamente la vulnerabilidad. Estos territorios al ser poblados incrementan el desequilibrio entre poblaciones y ecosistemas, haciendo más frágiles aún a quienes lo habitan.
Ante la perspectiva de una mayor agudización de esta problemática, se hace necesario emprender acciones que conduzcan a un adecuado uso, manejo, conservación y recuperación de los recursos naturales y del ambiente de ésta cuenca, conjugando los intereses de la comunidad y el Estado, para lo cual es imprescindible ejecutar los programas y proyectos del Plan de Ordenación y Manejo de la Cuenca, donde tiene por objeto el planeamiento del uso y manejo sostenible de los recursos naturales renovables, de manera que se consiga mantener o restablecer un adecuado equilibrio entre el aprovechamiento económico de tales recursos y la conservación de la estructura físico-biótica de la cuenca y particularmente de sus recursos hídricos, según el Decreto 1729 del 6 de agosto de 2002.
Es claro que el futuro de la población de la cuenca y especialmente la de la ciudad de Florencia, en gran medida, está amenazado de no modificarse las tendencias actuales de uso y manejo de los recursos naturales, particularmente de los bosques de protección (POMCA, 2005).
Video: http://www.univision.com/uv/video/Rio-Hacha-Florencia-Caqueta/id/17963578.
A partir de Florencia cuando entra a la altiplanicie amazónica, disminuye su velocidad formando un valle aluvial muy plano hasta su desembocadura en el río Orteguaza; el río en este tramo es de tipo meándrico y se caracteriza por la presencia de cauces abandonados (paleocauses) o madre viejas que han constituido una serie de lagunas o humedales con importantes funciones ecológicas, económicas y sociales, especialmente las que cumplen como amortiguadores de crecidas en el sur de la ciudad de Florencia, pero que desafortunadamente están siendo amenazados por la fuerte intervención antrópica a que están sometidos.
La ciudad de Florencia, cabecera municipal del departamento de Caquetá, está localizada al oeste del mismo a una altura sobre el nivel del mar de 242 m. Se ubica geográficamente a 01º 37' 03" de latitud norte y 75º 37' 03" de longitud oeste sobre la vertiente oriental de la cordillera oriental colombiana, en la zona de piedemonte llanero. El río Hacha surca a Florencia por el noroccidente, occidente y sur, convirtiéndose en una barrera natural para su expansión urbana. Junto con la quebrada La Perdiz son sistemas ambientales estructurantes del espacio urbano, los cuales han formado parte activa del proceso de desarrollo de la ciudad, pero como se les ha catalogado más como problema, que como un potencial para la estructuración de un espacio público amplio conformando corredores ambientales que den armonía y belleza a la ciudad.
En términos generales, el contexto biofísico del área de la cuenca del Río Hacha es el siguiente: precipitación media anual de 3.500 mm; temperatura promedio 27ºC; humedad relativa del 85%; evaporación promedio multianual de 1.262 mm; Brillo Solar promedio anual de 1.560 horas. Suelos ácidos, pobres en fertilidad y toxicidad de aluminio. (POT 2.005).
Como aspectos culturales dentro del área de la cuenca hidrográfica, las comunidades rurales se encuentran agrupadas en veredas. Estas a su vez están organizadas y constituidas legalmente como Juntas de Acción Comunal con personería jurídica y representación legal ante el Gobierno Local. Alberga el 85.52% de la población rural, la cual es de 5.894 habitantes. El tipo de productor es campesino con producción y extracción de recursos forestales de pequeña escala.
Los conflictos más importantes en ésta área son: Agotamiento de los recursos naturales por deforestación, quemas, contaminación de cuerpos hídricos y ganadería extensiva, Pobreza y desigualdad, Servicios básicos deficientes (salud, educación, vivienda, alcantarillado, etc.), Poca presencia de organizaciones estatales, Cultivos ilícitos, Migración a áreas urbanas y Abandono de actividades agrícolas.
La cuenca del río Hacha ha venido siendo objeto de procesos de intervención antrópica desde hace un poco más de cien años, pues los primeros asentamientos se registraron a finales del siglo XIX, antes de la fundación de la ciudad de Florencia en el año de 1902. Durante todo el siglo XX, los ecosistemas iniciales de selvas húmedas amazónicas que existían en esta área fueron dando paso a sistemas agropecuarios, donde la ganadería extensiva se constituyó en el sistema de producción predominante bajo un modelo insostenible de ocupación y uso de los recursos naturales.
A partir de la construcción de la carretera Florencia – Altamira en 1932, con motivo del conflicto colombo-peruano y la agudización de la violencia en el interior del país a mediados del siglo pasado (siglo XX), la presión sobre los recursos de la cuenca se aceleró ostensiblemente debido a la intensificación del proceso de colonización del Caquetá, aumentando la tasa de deforestación de los bosques localizados en la parte baja y media de la cuenca. En los últimos años, la parte alta también viene siendo objeto de ocupación, no obstante hace parte de la Reserva Forestal de la Amazonia, a partir de la cota mil, mediante declaración hecha por la ley 2ª de 1959.
Con el crecimiento acelerado e incontrolado de la ciudad de Florencia, la demanda de agua para el consumo humano y otras actividades urbanas aumentó en forma considerable, encontrándose en las diferentes corrientes hídricas de la cuenca del Hacha las fuentes de abastecimiento de este vital recurso.
Actualmente, los severos impactos ambientales producidos por procesos de ocupación y deforestación masiva de vastas áreas localizadas en paisajes de montaña (flanco oriental de la cordillera Oriental) viene ocasionando la desestabilización de suelos y de sistemas ecológicos estratégicos que han perdido en gran parte su capacidad de autorregulación, lo que está generando efectos y consecuencias graves que ponen en peligro a la población, sus actividades y la infraestructura instalada en las partes bajas de la cuenca, principalmente de la ciudad de Florencia.
Entre las principales amenazas periódicas y progresivas que padece la ciudad por la desestabilización de los procesos ecológicos se encuentran las avalanchas e inundaciones, y la disminución del recurso hídrico.
La problemática de las inundaciones y deslizamientos en el municipio de Florencia obedece a las variaciones en los regímenes de lluvias y el manejo inadecuado de los suelos de las microcuencas, ya que por su ubicación en la zona de piedemonte (cordillera oriental), poseen características morfológicas y geológicas particulares que las hacen susceptibles a su degradación, más aún cuando la intervención del hombre sobre las mismas no es debidamente orientada a su conservación o uso sostenible.
De otra parte, los efectos generados por la deforestación, el inadecuado uso del suelo y la ubicación de asentamientos humanos en zonas de cordillera (incentivados por la apertura de la nueva carretera Florencia – Suaza) cubren un amplio espectro de problemas ambientales que disminuyen las posibilidades de desarrollo sostenible de la cuenca. Esta problemática está relacionada con la fragmentación de ecosistemas de alta importancia ambiental, la pérdida de biodiversidad, la disminución y contaminación de fuentes de agua, la alteración de cadenas tróficas, la degradación y pérdida de suelos y en general, de toda la base natural de sustentación, produciendo consecuentemente la pérdida de recursos naturales y ambientales de alta importancia social, ambiental, cultural y económica.
Es claro que el futuro de la población de la cuenca y especialmente la de la ciudad de Florencia, en gran medida, está amenazado de no modificarse las tendencias actuales de uso y manejo de los recursos naturales, particularmente de los bosques de protección.
La cuenca del río Hacha constituye un sistema estratégico para la ciudad de Florencia porque de ella depende en su totalidad el abastecimiento de agua para el consumo humano y para todas las actividades productivas, brinda numerosos espacios y escenarios de recreación, turismo y esparcimiento, provee al mercado local de variados productos agropecuarios y materias primas y, controla el ciclo hidrológico a través de los bosques de niebla.
Todos estos servicios y bienes ambientales están siendo amenazados por la intervención humana no planificada sobre los ecosistemas que sustentan y autorregulan los procesos ecológicos de esta área que ocupa aproximadamente el 20% (45.940 ha) del municipio de Florencia.
En el área rural, las familias se caracterizan por tener una vocación agropecuaria de bajo desarrollo tecnológico orientada principalmente al autoconsumo y venta de algunos excedentes. Estas actividades no incluyen de manera sistemática y masiva prácticas conservacionistas de los recursos naturales lo que ha venido contribuyendo a incrementar los factores de riesgo relacionados con las inundaciones y los deslizamientos.
La perturbación de los procesos ecológicos de la cuenca se viene manifestando con mayor intensidad a través de una serie de amenazas naturales, especialmente de tipo hidroclimático, como avalanchas e inundaciones que afectan las partes bajas de la ciudad de Florencia donde se ubica una gran cantidad de barrios que albergan aproximadamente la tercera parte de su población.
Estos fenómenos naturales que ponen en riesgo innumerables vidas humanas y animales, infraestructuras y actividades de los habitantes urbanos y rurales, se vienen presentando en forma recurrente desde 1962, año en que ocurrió una de las inundaciones más grandes causadas por una avalancha torrencial del río Hacha afectando al barrio La Vega, única área poblada del plano de inundación del río en esa época. Posteriormente, con la urbanización de las llanuras de inundación del río Hacha y las quebradas La Perdiz y La Sardina, se han aumentado considerablemente las zonas amenazadas por este fenómeno que se viene presentando cada vez que las precipitaciones sobrepasan la capacidad de absorción del suelo y la capacidad de carga de estas corrientes.
En estos últimos años, los períodos de retorno se han acortado notablemente, generando avalanchas e inundaciones torrenciales en forma recurrente. El 4 de octubre de 1999 se presentó una de las más grandes inundaciones en Florencia, la cual afectó aproximadamente 25 barrios, dejando a 3.070 familias damnificadas que representan unos 12.600 habitantes de la ciudad y pérdidas económicas avaluadas en 2.500 millones de pesos.
Así mismo, el 24 de mayo de 2003 se presentó una nueva inundación en la que se vieron afectados 10 barrios, alcanzando una cifra aproximada de 1.500 personas damnificadas, pero los efectos más desastrosos se produjeron en la infraestructura vial y en las redes del acueducto cuyos servicios fueron suspendidos por más de diez días en algunos barrios de la ciudad.
Dos meses después, el 14 de julio de ese mismo año, sucedió un nuevo evento hidroclimático del que se reportaron 1.030 familias damnificadas para un total de 5.200 personas afectadas. Se estima que las pérdidas económicas superaron los 1.500 millones de pesos.
Se ha determinado que las causas que han ocasionado las inundaciones y deslizamientos son:
La intervención antrópica con la tala y quema de bosque primario y secundario para el establecimiento de sistemas ganaderos extensivos y agricultura tradicional. Esta es una de las causas principales de la inestabilidad de las laderas de las cuencas, que genera progresivamente problemas de sedimentación debido a que los materiales arrastrados por las corrientes de agua desde las partes altas, se depositan de forma natural en los cambios de pendiente disminuyendo la capacidad hidráulica de las corrientes y afectando en cada creciente un área mayor.
El uso inadecuado del suelo, por el establecimiento de sistemas productivos en suelos con pendientes mayores a 45 grados, y que según el Plan de Ordenamiento Territorial, se encuentran en la categoría de suelos de Áreas de Aptitud Ambiental, áreas de Alta Importancia Ambiental y zonas de Alta Fragilidad Ambiental.
Baja cultura ciudadana, en el manejo de los residuos sólidos, los cuales son arrojados a las fuentes hídricas, incidiendo en la contaminación y sedimentación de los cauces.
Durante años, el río Hacha ha generado inundaciones importantes; en su recorrido por el municipio recoge las aguas de importantes tributarios tales como el río Caraño y las quebradas La Magola, La Ruidosa, Tarqui, Sucre, Santa Elena, El Paraíso, Palmichal, La Perdiz, Las Doradas, Travesías, La Carbona, El Dedo y La Yuca. El río Hacha bordea a Florencia por su costado occidental-sur, y atraviesa la ciudad en dirección norte y sur, con su afluente la quebrada La Perdiz, y en dirección oriente-occidente con la quebrada La Sardina.
Esta cuenca ha sido altamente intervenida para el establecimiento de sistemas productivos ganadero extensivos y cultivos limpios lo cual ha debilitado la cobertura vegetal y por ende la capacidad de retención de agua, convirtiéndola en un estado de alta vulnerabilidad.
Sumada a la situación de inundaciones y deslizamientos, en el departamento del Caquetá ha habido una fuerte presencia de grupos armados, que ha dejado como resultado el desplazamiento de más de 40.000 personas llegadas a la ciudad de Florencia buscando refugio. De acuerdo con los registros, el municipio de Florencia en los últimos 7 años ha recibido 61.864 personas desplazadas por el conflicto (fuente Acción Social), las cuales en su mayoría se han asentado en las riberas de los ríos y quebradas que se desbordaron por las fuertes lluvias. Según cálculos de las autoridades locales por lo menos entre el 33 y el 60% de la población afectada por las inundaciones corresponde a población desplazada por el conflicto. Acción Social reporta 16.295 nuevos desplazamientos en Caquetá entre los años 2008 y 2010.
La recepción de personas en condición de desplazamiento en Florencia incide sobre el crecimiento de la ciudad por el surgimiento de asentamientos subnormales en áreas amenazadas por inundación y deslizamiento, zonas deshabitadas, que han sido descartadas por sus terrenos inundables, rondas de río y quebradas y otras amenazas. Sin alternativas de ubicación de quienes llegan en condición de desplazamiento ni sistemas de control en las zonas de riesgo.
El desplazamiento forzado se suma al desplazamiento por eventos naturales con consecuencias humanitarias, diferentes causas, iguales consecuencias y una atención insuficiente con un casi ausente enfoque de derecho, de una respuesta inmediatista, por la falta de herramientas políticas y recursos de las instituciones locales y regionales que termina por incrementar paulatinamente la vulnerabilidad. Estos territorios al ser poblados incrementan el desequilibrio entre poblaciones y ecosistemas, haciendo más frágiles aún a quienes lo habitan.
Ante la perspectiva de una mayor agudización de esta problemática, se hace necesario emprender acciones que conduzcan a un adecuado uso, manejo, conservación y recuperación de los recursos naturales y del ambiente de ésta cuenca, conjugando los intereses de la comunidad y el Estado, para lo cual es imprescindible ejecutar los programas y proyectos del Plan de Ordenación y Manejo de la Cuenca, donde tiene por objeto el planeamiento del uso y manejo sostenible de los recursos naturales renovables, de manera que se consiga mantener o restablecer un adecuado equilibrio entre el aprovechamiento económico de tales recursos y la conservación de la estructura físico-biótica de la cuenca y particularmente de sus recursos hídricos, según el Decreto 1729 del 6 de agosto de 2002.
Es claro que el futuro de la población de la cuenca y especialmente la de la ciudad de Florencia, en gran medida, está amenazado de no modificarse las tendencias actuales de uso y manejo de los recursos naturales, particularmente de los bosques de protección (POMCA, 2005).
Video: http://www.univision.com/uv/video/Rio-Hacha-Florencia-Caqueta/id/17963578.